Viajé de Cancún a Chetumal una noche de sábado para disfrutar un domingo completo en los alrededores. Mi objetivo era conocer KohunlichKinichná Dzibanchélas ruinas mayas ignoradas del sur de Quintana Roo.

Mapa de ubicación de Dzibanche, Kinichná y Kohunlich. Ver en Google Maps.

Mapa de ubicación de Dzibanche, Kinichná y Kohunlich. Ver en Google Maps.

Planeaba despertarme temprano pero agudos retorcijones de estómago se adelantaron. Traté de ignorar el dolor, desayunar cereal con fruta y charlar como en una mañana normal de hostal, pero fue imposible, mi temperatura subía tan rápido como caía mi ánimo. Por suerte (¿?), ya lo he pasado antes y conocía la rutina de salida: reposo, inodoro, agua, mucho aguante, repita; no necesariamente en ese orden.

A medio día, con el estómago y energías en su lugar, me enfoqué en buscar transporte hacía los sitios de Dzibanche y Kinichná, que están pegaditos y descarté Kohunlich. Encontré una combi que demoraba más de una hora en salir y me dejaba a 15 kilómetros de las ruinas, no tuve opción, la tomé. Hacía mucho calor, había mucha humedad y cada asiento parecía adecuado para los glúteos de un alux; esta sauna gratuita fue el motivante perfecto para encontrar en la charla un distractor. Así conocí a Germán.

Germán señalando Chetumal en el horizonte.

Germán señalando Chetumal en el horizonte.

Germán vive en Morocoy, el pueblo más cercano a Dzibanche y Kinichná. Para Germán, Dzibanché y Kinichná siempre han estado ahí, como un patio trasero o un patio de juegos,  como el lugar para ir con la novia o con los amigos. Después de más de una hora de viaje, un aventón y  de rentar un carro local, llegamos a Dzibanché.

Dzibanché.

Dzibanché. Templo de los dinteles.

Dzibanché. Templo de los dinteles.

Para mi deleite, eramos los únicos en toda la zona arqueológica. Era una tarde inmejorable, cada edificio parecía orgulloso por mantenerse erguido más de 2000 años.  Dzibanché debe su nombre a un dintel grabado en madera y en maya significa “escritura sobre madera”. El nombre original se desconoce y me hace preguntar ¿cuánto tiempo debe pasar para que el nombre de una majestuosa ciudad como esta sea olvidado?

Dzibanché. Templo esbozando un rostro.

Dzibanché. Templo esbozando un rostro.

Mientras caminaba me imaginaba las plazas y los templos llenos de gente, rezando, haciendo ofrendas, intercambiando comida, vestido y hasta armas. Hace tan solo 1200 años los habitaban hasta 1 millón de almas. Por un momento viví esa vida y sentí que Bzibanché me veía.

Dzibanché. Templo del señor de Dzibanché.

Dzibanché. Templo del señor de Dzibanché.

En Dzibanché me fue indudable que los mayas no fueron ajenos al deseo de perdurar en el tiempo, de dejar un huella, pequeña o grande, pero imborrable.

Kinichná.

El día empezaba a palidecer, y debíamos correr si quería conocer “la casa del sol”, Kinichná. Kinichná es un bastión de Dzibanché, una acrópolis modesta pero de notoria espiritualidad y energía.

Kinichná. Vista desde el templo de las inscripciones al sol.

Kinichná. Vista desde el templo de las inscripciones al sol.

Luego de despedirme de Germán y un aventón a Chetumal, tomé mi camino de regreso a Cancún y terminé mi viaje, con la mochila cargada de libertad y aprendizaje.

Recursos.

Combi Chetumal-Morocoy: Se ubica en la avenida Andrés Quintana Roo, cerca del restaurante Pantojas.

Conaculta. Reseña de la zona arqueológica de Dzibanché y Kinichná.

Grand Costa Maya. Portal con información útil para visitar el sur de Quintana Roo.